Cómo trabajar sentado y no morir en el intento
Cada tanto suena la alarma sobre esa postura, que acortaría la vida. Pero los ergónomos desestiman conclusiones catastrofistas. ¿Cuáles son los riesgos reales y qué hacer?
El año pasado, la American Cancer Society dijo que las personas que pasan más de 6 horas por día sentadas tienenuna tasa de mortalidad superior en un 20% -y en el caso de las mujeres hasta 40%- a la de las personas que están inmóviles menos de tres horas por día. Escalofriante.
Sin embargo, ante la consulta de Infobae acerca de la fiabilidad de estas conclusiones, Javier Llaneza Álvarez, presidente de la Asociación Española de Ergonomía (AEE), fue categórico y calificó este estudio de “aberración”: “No me lo parecen en absoluto. Podríamos interpretar que los ejecutivos, pilotos de aerolíneas u otros profesionales que pasan mucho tiempo sentados tienen más probabilidad de tener cáncer. Sin datos de la investigación: población, muestra, variables, etc. El mecanismo del cáncer es muy complejo y achacarlo a una única causa es una aberración –subraya-, y más a la postura sedente”.
¿El problema es la posición o la inmovilidad? “El problema siempre es la inmovilidad”, responde Llaneza, doctor en Psicología e Ingeniero. En cuanto a la posibilidad de revertir los daños, su respuesta también es rotunda: “No, y además ninguna silla, por ergonómica que sea, podrá resolver estos problemas”.
“La mejor postura es la próxima postura”
¿Qué debe hacerse, entonces, en materia de prevención? “Se debe facilitar el cambio postural con sistemas de ajuste y regulación”, responde Llaneza. Y agrega: “La mejor postura es la próxima postura: es un aforismo de los ergónomos. El diseño de puestos debe permitir la movilidad”.
Como se dijo, Llaneza preside la asociación española que reúne a los miembros de una especialidad relativamente nueva. En España, existe desde 1995, y en América Latina, desde el año 2007, la AEE dicta cursos de capacitación en Chile y ha celebrado congresos en Cuba y Ecuador. La semana próxima tendrá lugar otro en Cali, Colombia.
Esta disciplina moderna abarca el estudio científico de las relaciones entre el hombre y su ambiente de trabajo para contribuir a mejorar la gestión de los recursos humanos, prevenir enfermedades profesionales, mejorar la productividad, reducir el absentismo, etcétera.
La ergonomía apunta a la prevención de los riesgos laborales, mediante la adaptación de los puestos de trabajo y evaluación de sus riesgos ergonómicos y psicosociales, con el fin de sugerir medidas correctivas. El ergónomo tiene también un rol de perito judicial o de ingeniero del factor humano. Otros ergónomos están orientados al diseño, es decir a la mejora de la interacción con los objetos y el entorno. Su ámbito de aplicación es también la escuela, la arquitectura o el urbanismo.
¿Existen soluciones?
Según la revista francesa L’Expansion, en los Estados Unidos cada vez más empleados optan por renunciar a la silla o usar sillas regulables que permiten una posición de semisentado. Es el caso sobre todo de las empresas de la Silicon Valley, de Google y de Facebook.
Sin embargo, casi todos los especialistas señalan que el primer riesgo es la inmovilidad: “No hay postura ideal: ya sea que se trabaje sentado o de pie, permanecer en la misma posición durante un largo período es penoso”, dice un documento del Instituto Nacional de Investigación y Seguridad de Francia http://www.inrs.fr/accueil (INRS).
El trabajo describe los inconvenientes de mantener demasiado tiempo una posición y da recomendaciones para evitar las consecuencias negativas de ese sedentarismo laboral.
“Cuando la postura sedente se prolonga más allá de lo razonable, las primeras sensaciones desagradables son: incomodidad, que lleva a cambiar de posición; fatiga, generalmente perceptible primero en los miembros inferiores y luego en los músculos a lo largo de la columna vertebral; por último, dolor”. Entre los factores que agravan las consecuencias de la postura sedente, el INRS señala el estado físico, la edad, las tareas que exigen movilidad articular reducida, el ruido excesivo, una temperatura inadecuada (muy alta o muy baja), poca luz o los reflejos de la pantalla de la computadora. Todos estos aspectos pueden generar en la persona contracciones y crispaciones inconscientes.
“El trabajo en postura sedente o de pie prolongada o inmóvil genera trabas musculares costosas para el organismo porque imponen a los músculos involucrados contracciones estáticas que, cuando se prolongan, son más penosas que las dinámicas (gestos), agrega el documento. Los sistemas de bombeo de los miembros participan de la circulación venosa. El menor cambio de posición provoca modificaciones de la presión en los tejidos y una movilización de los líquidos biológicos nutritivos”.
La inmovilidad, advierte el INRS, impide le funcionamiento normal de esos sistemas.
Conclusión: es imperativo entonces moverse regularmente para permitir la irrigación y nutrición de los músculos.
Reorganizar la oficina
En el trabajo, por lo tanto, hay que intercalar fases estáticas con dinámicas. Cambiar regularmente de posición. Los asientos multirregulables y una mesa de trabajo igualmente regulable en altura, si posible inclinada, favorecen el cambio de posición.
La duración de la postura es un tema que depende de cada individuo. A la menor sensación de molestia, fatiga o dolor, la persona debe cambiar de posición. Pueden ser cambios mínimos (elevar el asiento unos centímetros) o importantes (ponerse de pie). También ayudan la buena iluminación y temperatura, los estiramientos, un asiento regulable, el calzado confortable o un cojín.
La eficacia de las pausas depende más de su periodicidad que de su duración, advierte el INRS.
Un colega francés de Llanez, el doctor Jean-Pierre Zana, ergónomo en el INRS, coincide con el experto español en que “los estudios que concluyen que el trabajo sentado reduce la esperanza de vida merecerían algunos contraestudios”. Pese a ello, “las consecuencias negativas de la inactividad son conocidas desde hace tiempo”, dijo Zana a L’Express.
Entre ellas, se pueden mencionar los trastornos musculares y esqueléticos, entre ellos el dolor de espalda, problemas circulatorios e incluso cardíacos, “porque el corazón se atasca cuando no es solicitado”, afirmó.
Un problema de la postura sedente, agrega, es que “obliga a inclinarse hacia adelante, a redondear la espalda; pero la diferencia es que el trabajador que está de pie pedirá una silla para sentarse y descansar, en cambio el que ya está sentado no dejará de trabajar”.
Algunas de las soluciones que propone tienen que ver con la organización del espacio. Por ejemplo, colocar la impresora en un sitio alejado, que obligue a levantarse, convertir la oficina en un espacio abierto que impida gritarse de un puesto a otro y obligue a desplazarse hacia la sala de reuniones. “Nuestros estudios muestran que el trabajo sentado, de pie o semisentado pueden todos tener consecuencias negativas. Sea cual sea la posición que se adopte, lo importante es variar entre estas posiciones, antes que definir lo que es un asiento bueno o malo”, concluye Zana.
No hay otro remedio entonces: habrá que levantarse más seguido, para ir al baño, buscar café o, volver a atarse los cordones.
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